martes, 29 de enero de 2013

4.2. Aparece el Grillo-parlante



Pinocho está dando los primeros pasos por la vida. Por eso, no sabe todavía que el hombre es un nudo de relaciones, un ser que se constituye en el encuentro con otros.

Ha pretendido aislarse, ganar una libertad sin pre-supuestos ni relaciones. Pero como eso es imposible, dentro de la habitación oye una vocecilla que le inquieta.

«- Cri-cri-cri
- ¿Quién es el que me llama?».

En ese sonido, en el cri-cri, ha escuchado su nombre. Se ha sentido llamado. Entiende que esa voz no es casual y se dirige a él.

domingo, 27 de enero de 2013

Prólogo a André Lapied, La ley del más débil

Prologo a André Lapied, La ley del más débil o Genealogía de lo políticamente correcto. Introduccción, traducción y notas Manuel Ballester, Eds. Tres Fronteras, Murcia, 2009.




Este libro no es complaciente. Es fruto del pensamiento y da qué pensar.

El lenguaje, sugerente, no siempre acaba las frases. Empuja así al lector a que complete el pensamiento, a que obtenga él mismo la conclusión.

Su objetivo es dejar al descubierto el terrorismo intelectual del pensamiento único, “casi sinónimo de ausencia de pensamiento”.

martes, 22 de enero de 2013

4.1. Pinocho se refugia en la casa vacía



Charles Copeland (1904)


La frenética carrera de Pinocho muestra su alegría por haberse librado de Geppetto, la gente y la autoridad, que son instancias que podrían haberle exigido responsabilidad. Al darles esquinazo, Pinocho se siente dueño de sí, libre, lleno de contento.

No obstante, no está totalmente desligado de Geppetto. Una vez que «se libró de las garras de los guardias, salió corriendo atravesando los campos para llegar pronto a casa».

Si quiere alejarse de Geppetto y todo lo que éste representa, no parece razonable que Pinocho vuelva a casa. Pero nadie ha dicho que Pinocho sea razonable. Para ser coherente, tendría que alejarse de la casa. Pero vuelve a ella.

sábado, 19 de enero de 2013

Prólogo a Léon BLOY, Cartas a mi novia



Prólogo a Léon Bloy, Cartas a mi novia, Ed. Nuevo Inicio, Granada, 2008. Introducción, traducción y notas de Manuel Ballester.



El Paraíso. Algunos piensan que no se ha perdido. Que toda la maldad de las criaturas no es capaz de estropear esa primorosa creación del Amor.


Hemos perdido, eso sí, la capacidad de verlo.

Está ahí, en él nos movemos, pero la vista está ordinariamente incapacitada para descubrirlo.

martes, 15 de enero de 2013

3.2. Geppetto encarcelado



La libertad brota de la captación de que nuestra vida y nuestro mundo no están gobernados por las leyes de la necesidad; por el contrario, hemos de entretejer creativamente los elementos de necesidad presentes en nuestra vida con las múltiples posibilidades que se nos abren. Junto a esa dimensión de la construcción de sí mismo que podíamos denominar ética, hay que tener en cuenta que el hacerse humanos se da en la relación con los demás. O, lo que es lo mismo, que ese proceso íntimo es la vida de un ser que vive en una sociedad que lo acoge y lo juzga.

En su huída, Pinocho choca con la autoridad, que se deja llevar por los dimes y diretes del entorno. Todos estos factores unidos ocasionan que el inocente sea castigado: la sociedad pronuncia su veredicto y Geppetto es enviado a la cárcel. El relato suscita pena por el pobre Geppetto. Nos entristece, lógicamente, ver cómo se castiga a un inocente; pero ¿es inocente? En cualquier caso, ¿de qué?