Pinocho está dando los primeros pasos por la vida. Por eso,
no sabe todavía que el hombre es un nudo de relaciones, un ser que se
constituye en el encuentro con otros.
Ha pretendido aislarse, ganar una libertad sin pre-supuestos
ni relaciones. Pero como eso es imposible, dentro de la habitación oye una
vocecilla que le inquieta.
«- Cri-cri-cri
- ¿Quién es el que me
llama?».
En ese sonido, en el cri-cri, ha escuchado su nombre. Se ha
sentido llamado. Entiende que esa voz no es casual y se dirige a él.