«Si la gran paradoja del Cristianismo quiere decir algo,
quiere decir esto: que hemos de tomar la corona en nuestras manos y buscar en
los lugares áridos y en los rincones oscuros de la tierra hasta encontrar al
hombre que se sienta incapaz de usarla. Carlyle estaba muy equivocado; no
tenemos que coronar al hombre excepcional que sabe que puede regir. Más bien
tenemos que coronar al hombre mucho más excepcional que sabe que no puede»,
Chesterton, Ortodoxia.
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