viernes, 28 de julio de 2017

Herencia y circunstancia

Nuestra herencia, lo que recibimos, constituye la condición de posibilidad de nuestra vida.
Haber intentado comprender al hombre como si sólo la herencia biológica fuera algo serio es un error, otro más, de las sedicentes ciencias de la educación.
Y si no, que lo diga Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:


«La circunstancia —las posibilidades— es lo que de nuestra vida nos es dado e impuesto. Ello constituye lo que llamamos el mundo».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

jueves, 27 de julio de 2017

Perfección o realidad

Que la perfección no es de este mundo, sino de otro, es una lectura posible de Platón. Y si tiene razón, y no sería la primera vez, también ha de entenderse que hay que tener paciencia porque este mundo va como puede. Este mundo, y las gentes de este mundo. Y todos somos gente.
Algo de esto le entiendo a Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«cuando algo que fue ideal se hace ingrediente de la realidad, inexorablemente deja de ser ideal».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

martes, 25 de julio de 2017

Pasar por el mundo. O construirlo

La vida que vamos haciendo se teje en los vínculos que establecemos.
Con los demás, naturalmente.
Pero el modo en que cada quien se relaciona consigo mismo quizá no sea baladí y, también quizá, sea la base del resto de afinidades electivas.
Y ahí mismo, en ese cimiento, cabe ver dos grandes tipos de personas. O algo de esto le entiendo a Ortega. Y aquí lo dejo. Por si interesa:

«Y es indudable que la división más radical que cabe hacer de la humanidad es ésta, en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

lunes, 24 de julio de 2017

La vida de los hijos

No todos somos padres. Pero todos somos hijos.
Y los hijos heredan. Una genética y una cultura, una lengua y un mundo (con los mismos límites, que diría Wittgenstein), una estimación de sí, de los demás y del mundo todo. Y con esos mimbres construimos nuestro mundo y nuestra vida.
Ortega lo dice más sintéticamente, si lo entiendo bien. Ahí lo dejo, por si interesa:

«Circunstancia y decisión son los dos elementos radicales de que se compone la vida».
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas

viernes, 21 de julio de 2017

Sencillez de la grandeza

La fuente de la que mana la sencillez de los hombres verdaderamente grandes es una gozosa obviedad para los magnánimos.
Y un secreto para quienes tienen un espíritu raquítico.
En mi blog dejo unas líneas de Ortega sobre esto. Por si interesa:

«el hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

jueves, 20 de julio de 2017

Entre el individuo y la masa

La conciencia del valor de la propia individualidad, de la singularidad de la propia personalidad, de la unicidad de nuestra vida es una gran ganancia cultural.
Incompatible con la uniformidad que reina en las comunidades gregarias.
No sentir la tensión es un síntoma letal.
Darse cuenta ya es algo.
Ahí dejo, por si interesa, unas palabras de Ortega al respecto:

«Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo —en bien o en mal— por razones especiales, sino que se siente “como todo el mundo” y, sin embargo, no se angustia, se siente a saber al sentirse idéntico a los demás».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

miércoles, 19 de julio de 2017

Igualdad y medianía

El igualitarismo reinante es síntoma de que la mentalidad gregaria se ha impuesto.
El igualitarismo se opone a la evidencia de que siempre hubo clases (las hay hasta sociales, pero no son las únicas).
Que nadie mínimamente culto confundirá igualitarismo con igualdad, es otra evidencia.
Y ahí dejo lo que dice Ortega sobre medianías y mesnadas. Por si interesa:

«La sociedad es siempre una unidad dinámica de dos factores: minorías y masas. Las minorías son individuos o grupos de individuos especialmente cualificados. La masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas. No se entienda, pues, por masas, sólo ni principalmente “las masas obreras”. Masa es el “hombre medio”.».



Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

lunes, 17 de julio de 2017

Estrés y asombro

Quizá sea la velocidad de la vida actual la que dificulte el sosiego suficiente para disfrutar plácidamente de tantas cosas. Es verdad que el estrés también tiene sus gozos, pero son otros.
Aunque también podría ser cuestión de actitud, y no (tanto) de disponibilidad de tiempo. Ahí tenemos, sin ir más lejos, el modo en que se emplean las vacaciones.
Porque, aunque sólo sea en esos periodos, no parece imposible asombrarse, dejarse invadir por la grandeza. Un poquito de grandeza, al menos.

Y ahí dejo lo que dice Ortega. Por si interesa:

«Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Es el deporte y el lujo específico del intelectual».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

viernes, 14 de julio de 2017

Poder ¿fin o medio?

Hay quien piensa que la acción política tiene que ver con intentar configurar la sociedad según los mejores valores. Y por eso se esfuerzan en mostrar la superioridad de sus ideas y hacer llegar su mensaje a los ciudadanos. Su objetivo parece ser lo que durante un tiempo se llamó “bien común”; y el poder es medio, está al servicio de esos ideales. Quizá quienes así piensen y actúen sean los mejores.
Otros piensan… bueno, actúan considerando que la acción política consiste en conseguir y mantenerse en el poder. No importa el mensaje, no importan las ideas, no importa la sociedad. Importan los votos. El poder es el fin. Antes se les llamaba “demagogos”.
Y de todo hay. La cuestión es en qué bando se sitúa cada quién y qué bando es el mayoritario. Sobre esto último dejo unas palabras de Ortega. Por si interesa:

«Es, en efecto, muy difícil salvar una civilización cuando le ha llegado la hora de caer bajo el poder de los demagogos. Los demagogos han sido los grandes estranguladores de civilizaciones».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

jueves, 13 de julio de 2017

Aclarar y Enmarañar

Si Ortega tuviese razón, y no sería la primera vez, ocurriría que la tarea del intelectual consistiría, modestamente, en iluminar, instruir.
Quien adopta la perspectiva política, siempre según Ortega, articula su tarea sobre una tara, una deficiencia que le impide captar la más humilde de las verdades si no está en el ángulo de visión “correcto” (políticamente correcto, diríamos hoy).
Y ya la cuadratura del círculo: el intelectual que cifra su tarea en espolear al tarado. La instrucción al servicio de la confusión. Eso que, al decir de Benda, es la felonía específicamente moderna, la trahison des clercs.

Algo de esto le entiendo a Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa

«La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

miércoles, 12 de julio de 2017

Individuo y grandeza

Un rasgo del mundo en el que vivimos, nos movemos y somos es la aspiración a la independencia, la emancipación, la afirmación de la individualidad como referente de nuestro actuar y vivir. Y está bien. Aunque independencia y emancipación son negativos, está bien. A condición, claro, de que se entienda que se trata de quitar los obstáculos que impidan la plena realización del individuo, que se trata de andar cada uno por el camino de su propia grandeza. Y así la vida tendrá sentido. Porque habremos sido autores de nuestra existencia, habremos escrito con nuestro estilo el libro de nuestra vida. Y será única y admirable.
Quedarse en la negatividad, que también pasa, es truncar la existencia y apostar la vida al juego de la cultura de la queja, que diría Hughes.

Algo de esto le entiendo a Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Como el esnob está vacío de destino propio, como no siente que existe sobre el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. La libertad ha significado siempre en Europa franquía para ser el que auténticamente somos. Se comprende que aspire a prescindir de ella quien sabe que no tiene auténtico quehacer».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

martes, 11 de julio de 2017

Verdad y tolerancia

Es normal pensar que estamos en la verdad. Y pensarlo vehementemente, que para eso está la juventud: para afirmar y vivir las cosas de un modo rotundo, absoluto. Y es que uno de los sinónimos de juventud es “vehemencia”.
No es el único. También “inexperiencia” es sinónimo. Porque la experiencia muestra que muchas veces nos equivocamos. Nos equivocamos absolutamente, rotundamente. No siempre, pero a veces sí.
Por eso, está bien tolerar las afirmaciones rotundas. Porque una sociedad sana está formada también por gente fogosa. Pero quizá sea sensato que el tono de una sociedad no lo den los más bisoños. Una sociedad ha de procurar que sea la gente madura, que también la hay, quien marque el estilo y evite el radicalismo, la imposición y otras formas de inmadurez.
Algo de eso le entiendo a Ortega. Y ahí lo dejo, por si interesa:

«Es insensato poner la vida europea a una sola carta, a un solo tipo de hombre, a una idéntica «situación». Evitar esto ha sido el secreto acierto de Europa hasta el día, y la conciencia de este secreto es la que, clara o balbuciente, ha movido siempre los labios del perenne liberalismo europeo».

Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

viernes, 7 de julio de 2017

¿Idea de Europa?

La pertenencia a una comunidad supone la existencia de una idea unificadora, un ámbito compartido. Aunque sólo sea la dimensión física, el mismo lugar que comparten quienes constituyen una comunidad de vecinos.
En caso contrario sólo hay yuxtaposición, ensamblamiento de realidades que no constituyen elementos de una unidad superior.
Y algo de esto ve Ortega, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«Europa es, en efecto, enjambre: muchas abejas y un solo vuelo».
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

Saber del mundo y saber de sí

A nadie se le ocurriría lanzar alegremente afirmaciones sobre las nanopartículas, el genoma, los fractales o los agujeros de gusano, por decir algo. A nadie en sus cabales, se entiende, que luego están los adeptos y adictos a ideologías varias, claro.
Y eso es porque se reconoce la necesidad de saber, la existencia de sabios que suele ser, precisamente por eso, gente comprensiva y respetuosa.
Pero en el ámbito de los asuntos humanos, en el que Sócrates explayó su perplejidad y tanteó modestamente con su célebre “sólo sé que no sé nada”, ahí no falta gente que se sabe más sabia que Sócrates, seguros de sí y de su visión del mundo. Como si el hombre, cada hombre, fuera la medida de todas las cosas, que diría Protágoras.
Y sobre esto deja dicho Ortega lo que pongo en mi blog. Por si interesa:

«Buena parte del azoramiento actual proviene de la incongruencia entre la perfección de nuestras ideas sobre los fenómenos físicos y el retraso escandaloso de las «ciencias morales». El ministro, el profesor, el físico ilustre y el novelista suelen tener de esas cosas conceptos dignos de un barbero suburbano. ¿No es perfectamente natural que sea el barbero suburbano quien dé la tonalidad al tiempo?»


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

jueves, 6 de julio de 2017

Individuo y uniformidad

Uno de los rasgos que destacan en la modernidad es la afirmación de la individualidad, del sujeto autónomo que se rige por principios que brotan de su espontaneidad.
Que ese sujeto, cuyo modelo podría ser la poderosa individualidad de Zaratustra, aboque en el auge de las masas y la mentalidad gregaria (rasgo no menos característico de la modernidad) sólo es un misterio para quien mira sin ver y oye sin entender.
Y así andamos, según lo ve Ortega. Y ahí lo dejo, por si interesa:

«la pavorosa homogeneidad de situaciones en que va cayendo todo el Occidente».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

miércoles, 5 de julio de 2017

Diálogo

A veces se habla o se escribe para transmitir una consigna, para ganar adeptos a una causa. La palabra tiende entonces a mover, abierta o solapadamente, voluntades ajenas. Un uso más noble y respetuoso con el destinatario consiste en proponer una idea, por si interesa. Porque así se está en situación de apertura y se respeta la inteligencia y autonomía del oyente o lector. Y se practica el dialogo. A algo de esto parece aludir Ortega. Y ahí lo dejo, por si interesa:


«El lenguaje es por esencia diálogo, y todas las otras formas del hablar depotencian su eficacia. Por eso yo creo que un libro sólo es bueno en la medida en que nos trae un diálogo latente»


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

lunes, 3 de julio de 2017

Engaño, inteligencia e ingenuidad

Es curioso ver que mucha gente inteligente y buena es tremendamente ingenua, ciega para ver que algunos no son tan inteligentes ni tan buenos como ellos. Y esa ingenuidad, a veces, pasa factura.

Algo de esto, o más, parece decir Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:


«A la postre, el engaño resulta ser un humilde parásito de la ingenuidad.»


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.