domingo, 3 de junio de 2018

Sumisión o dignidad

No toda jerarquía se articula sobre la superioridad. Pero el dominio sobre otros sólo es posible cuando hay una superiores e inferiores.

Algo de esto le entiendo a de la Boétie. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«el tirano sólo cree tener asegurado su poder si ha conseguido que sus súbditos sean hombres sin valor»,

Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Naturaleza y costumbre


Todo parece indicar que el ser humano es un ser de costumbres. Se habitúa a obrar de un modo y ya es como una (segunda) naturaleza desde la que surgen espontáneamente sus actos.
De ahí la importancia de vigilar qué hacemos, que todo (se nos) queda dentro.

Algo de esto dice De la Boétie, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La primera razón por la que los hombres sirven voluntariamente es que nacen siervos y son educados como siervos. De esa razón se deriva otra: bajo los tiranos, las personas se hacen rápidamente cobardes y pusilánimes»,
Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria.

sábado, 26 de mayo de 2018

Igualdad y naturaleza

No se puede cuestionar todo. Para entenderse y avanzar, hace falta asumir (dar por válido) un punto de partida.
Quizá por eso, ocurre a veces que se concede algo sin análisis detenido.
Así, por ejemplo, respecto a la igualdad es frecuente sostener que la naturaleza nos hace iguales. Incluso Descartes cedió (si bien, como es frecuente en el gremio filosófico, parece que es concesión irónica) al señalar que todos somos igual de listos (le bon sens c’est la chose la mieux partagée) o eso nos creemos (car chacun pense en être si bien pourvu…). Luego viene la vida y muestra que sí, que todos somos iguales “pero unos somos más iguales que otros”. En fin.

Y en estos asuntos de la Boétie aporta también su granito de arena. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«la naturaleza, ministro de Dios, gobernante de los hombres, en cierto modo nos ha creado y vertido en el mismo molde, para mostrarnos que todos somos iguales o, mejor dicho, hermanos»,
Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria.

sábado, 19 de mayo de 2018

La educación, camino del infierno

La educación, camino del infierno



Manuel Ballester


Los abuelos de antes gustaban de contar cuentos, historias, batallas. De hablar, en general. Y no sólo a sus nietos, sino a cualquiera que se pusiera a su alcance, aunque exhibiera sonotone. Con la edad, los sabios acaban aficionándose a los cuentos. No soy tan anciano ni tan sabio, pero me parece que no sería mala idea ir transitando la senda por la que han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. De modo que voy a relatar una.
La misma, si la memoria no me falla, que salió a colación en la entrevista que Ciudadanos para el progreso mantuvo con el Consejero de Educación. Para amenizar la reunión, que no todo va a ser reclamar transparencia, rendimiento de cuentas y resultados.

jueves, 17 de mayo de 2018

Obediencia y libertad

No todo sometimiento es forzado ni toda obediencia es contraria a la libertad.

O algo de esto le entiendo a de la Boétie. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«si viviésemos con los derechos que poseemos según la naturaleza y siguiendo los preceptos que ella nos enseña, nos someteríamos de buen grado a nuestro padre y a nuestra madre, súbditos de la razón sin ser esclavos de nadie. Cada uno de nosotros reconoce, de manera natural, el impulso de obediencia hacia su padre y su madre»,
Étienne de la Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria.

martes, 15 de mayo de 2018

Inteligencia y vida


Si la inteligencia pierde de vista que es un aspecto, todo lo importante y valioso que se quiera pero una dimensión, del ser humano, entonces no trabaja muy inteligentemente. Aunque se llega a saber mucho, eso sí.

Algo de esto le entiendo a Toole. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Lo aprendiste todo, Ignatius, todo, salvo cómo debe comportarse un ser humano»,
John Toole, La conjura de los necios.

sábado, 5 de mayo de 2018

Hablar y vivir

Las teorías suelen ser cautivadoras. Por eso hay quien se queda prendido y prendado de ellas, vive en la nube, en el cosmos noetós.
Y sin el contacto con la realidad, humilde, fugaz, contradictoria y rica, riquísima, estaríamos incompletos.

Algo de esto le entiendo a Kazantzakis. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

 «sentir la tanto tiempo deseada alegría de apartarme de las palabras para tratar con hombres vivos»,

Nikos Kazantzakis, Zorba el griego.

viernes, 4 de mayo de 2018

Autoridad, entre la creación y la corrección


Las llamadas “decisiones en caliente” a veces yerran por precipitación, porque se dirigen a erradicar un problema urgente. Y se pierde de vista el conjunto, el proyecto y la ponderación de quien decide. Porque la tarea de corregir y enderezar es específicamente distinta de la tarea de crear y liderar.

Algo de esto dice Wilder, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«No puede uno menos de deplorar una autoridad que se ha formado mediante reacción contra un ambiente escandaloso; no tarda en adoptar un tono de censura y complacencia de sí mismo»,
Wilder, Los idus de marzo.

jueves, 3 de mayo de 2018

Trivialidad y armonía


Acompasar fondo y forma en dichos y hechos provoca la sensación de armonía, siempre grata. Y viceversa.

Algo de esto dice Wilder, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Lo trivial es inaguantable sólo en labios de aquellos que le dan importancia»,
Wilder, Los idus de marzo.

viernes, 27 de abril de 2018

Vida. Ensayo y error

Al parecer, cuando el discípulo quiere, aparece el maestro. Al menos así parece ocurrir con el ir tanteando en la vida.

Algo de esto le entiendo a Wilder. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«El primero y el último maestro de la vida es vivir y entregarse sin reserva y peligrosamente al vivir; Aristóteles y Platón tienen mucho que decir a los hombres que saben esto pero a los que se han impuesto prudencias y se han petrificado en un sistema de ideas, hasta los mismos maestros les inducen a error»,
Thornton Wilder, Los idus de marzo.

jueves, 26 de abril de 2018

Reconquista de la libertad


Cuando alguien ha sido violentado, coaccionado de algún modo, y se halla de pronto libre, tiende a devolver violencia. No se da cuenta de que, al convertirse en un resentido, sigue preso de su antiguo opresor.
Hace falta grandeza para ganar la serena libertad.

Algo de esto dice Wilder, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La prisión del cuerpo es amarga; la prisión de la mente es peor. Los pensamientos y las acciones de aquellos que despiertan al hecho de haber sido engañados son dolorosos para ellos y peligrosos para los demás»,
Wilder, Los idus de marzo.

miércoles, 25 de abril de 2018

Vivir y viajar


Es un tópico la imagen de la vida como un viaje y, por tanto, ver al hombre como un peregrino.
Aunque el peregrino no es el único que va de aquí para allá. También hay turistas. Y vagabundos. Que no es lo mismo.

Quizá por eso Alinsky dice lo que dice, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Hemos olvidado de dónde venimos, no sabemos dónde estamos y tememos hacia dónde nos dirigimos. Asustados, damos la espalda a la gloriosa aventura de la búsqueda de la felicidad, buscando una seguridad ilusoria en una sociedad ordenada y estratificada»,
Alinsky, Tratado para radicales.

sábado, 21 de abril de 2018

El ridículo como estrategia

Sentir y que nos hagan sentir que hemos caído en una mala situación que nos aleja del sentir común (ese cálido rebaño de referencia) provoca una sensación de aislamiento y de hundimiento difícil de superar.
Se interioriza el menosprecio: nos valoramos por debajo de nuestras posibilidades y, en vez de trabajar por mejorar desde ahí mismo, nos dejamos hundir.
No todos, claro. Pero quien trata de influir en las masas sabe que es un mecanismo muy eficaz.

Algo de esto le entiendo a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«el ridículo es el arma más poderosa del hombre. Es casi imposible contra-atacar el ridículo. El ridículo también enfurece a la oposición, reacción que os beneficia»,

Alinsky, Tratado para radicales.

viernes, 20 de abril de 2018

Circunstancia y libertad


No podemos controlar qué sucederá. No depende de nosotros.
Lo que sí depende de nosotros es cómo vamos a responder. Responder tiene que ver con responsabilidad y con el modo en que vamos construyendo nuestro estilo de vida.

Algo de esto dice Alinsky, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«El respeto por uno mismo solo se encuentra en la gente que juega un rol activo en la resolución de sus propias crisis, no en aquéllos que son marionetas desesperadas y pasivas, beneficiarias de ayudas públicas y privadas»,
Alinsky, Tratado para radicales.

jueves, 19 de abril de 2018

Bien y poder


Como el hombre es corpóreo, la física tiene mucho que decir sobre él, obviamente.
Pero sería un error pensar que lo que dice la física es toda la verdad sobre el hombre cuando ni siquiera es la verdad fundamental. Obviamente.
Y es que la perspectiva adoptada (física o biología, ética o política) condiciona el resultado. Obviamente.

Quizá por eso Alinsky dice lo que dice. Ahí lo dejo. Por si interesa:

«Intentar trabajar desde la base del buen hacer en vez de desde una base de poder sería intentar algo que el mundo todavía no ha experimentado nunca»,
Alinsky, Tratado para radicales.

miércoles, 18 de abril de 2018

Atinar para arreglar

En la vida de las personas y de los pueblos hay mucho que arreglar. Y hace falta energía y saber atinar con el momento oportuno.
En caso contrario se va del desajuste al desbarajuste y no se arregla ni lo que tiene arreglo, aunque se quiera.

Algo de esto le entiendo a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Nunca debemos olvidar que mientras no exista la oportunidad o el método para generar cambios, es absurdo provocar el enfado y la indignación en la gente. Sin un posible camino hacia la acción, solo les queda indignarse hasta el dolor de cabeza»,

Alinsky, Tratado para radicales.

domingo, 15 de abril de 2018

Novedad. Pros y contras

A veces sentimos que estar vivo es sinónimo de dinamismo, renovación… Vita in motu, decían los clásicos; la vida es pro-yecto, futuro, ilusión…
Otras veces nos encontramos satisfechos controlando las rutinas y sin ganas de “movidas”.
En fin, ahí andamos, entre el temor y el anhelo del porvenir.

Quizá por eso Alinsky dice lo que dice. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«El miedo al cambio es [...] uno de nuestros mayores miedos. Una idea nueva debe estar como mínimo expresada con el lenguaje de las ideas pasadas, y a menudo deberá ser diluida inicialmente en los vestigios del pasado»,

Alinsky, Tratado para radicales.

sábado, 14 de abril de 2018

Sentido y humor

El sentido del humor es cosa seria. Tiene más profundidad que el sentido común, que ya es decir. 
Porque envuelve en un halo de comprensión y sensatez a las cosas y las personas, percibe las fracturas y sueños de la razón, sin olvidar en ningún momento que quien ve todo eso tiene también incoherencias y sueños.
Pura sabiduría para hundir a unos y hacer sonreír a otros: todo beneficios, en suma.

Algo de esto le entiendo a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«El humor es esencial para el éxito de una táctica, ya que las armas más poderosas conocidas por el hombre son la sátira y el ridículo. El sentido del humor le permite mantener su perspectiva y verse como lo que realmente es: una mota de polvo que arde durante apenas un segundo»,

Alinsky, Tratado para radicales.

viernes, 13 de abril de 2018

Vida y Apertura

Podemos preparar el ánimo ante lo que esperamos: con esperanza o temor. Tiene su lógica.
Pero no sería lógico olvidar que mientras la vida sigue todo puede cambiar en un instante. Porque en un instante lo que nos parecía insignificante puede volverse esencial; y desechar lo que nos parecía importante.
Incluso ocurre que lo que era imposible se realiza y se vuelve rutina.

Algo de esto le entiendo a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La vida es la expectativa de lo inesperado; las cosas por las que te preocupas rara vez suceden»,
Alinsky, Tratado para radicales.

jueves, 12 de abril de 2018

Valoración del adversario


En los conflictos, que los hay, no faltan quienes se empeñan en creer y difundir la debilidad del adversario. Si es estrategia para amedrentar, bien va.
Pero puede ser también tanto falta de respeto y valoración del adversario cuanto cortedad de miras: ¿qué mérito tiene imponerse sobre un oponente débil?, más aún: ¿qué decir si ese contrincante endeble, finalmente, vence?

Algo de esto dice Alinsky, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«en ninguna guerra el enemigo o la causa han sido grises»,
Alinsky, Tratado para radicales.

lunes, 9 de abril de 2018

El cultivo de la inteligencia

Si la inteligencia fuera creadora, y algo de eso parece que hay, entonces la persona inteligente podría sacar todo de su magín.
Si la inteligencia consistiera en la capacidad de organizar, comprender, interpretar…, y algo de eso parece haber, entonces la mente se desarrollaría más en cuanto dispusiera de mayor cantidad de datos, vengan de donde vengan.

Algo de esto le entiendo a Cervantes. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«el ver mucho y el leer mucho aviva los ingenios de los hombres»,

Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

domingo, 8 de abril de 2018

Lo que da de sí la alabanza

El elogio es una valoración de los méritos de alguien que tiene la virtud de manifestar la cualidad de quien lo pronuncia: puede ser felicitación o, cuando pone sobre el tapete una condición rastrera, adulación.

Algo de esto le entiendo a Cervantes. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«la alabanza tanto es buena cuanto es bueno el que la dice, y tanto es mala cuanto es vicioso y malo el que alaba; que si la alabanza es premio de la virtud, si el que alaba es virtuoso, es alabanza; y si vicioso, vituperio»,

Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda

viernes, 6 de abril de 2018

Dar y recibir consejos


Aconsejar y aconsejar bien es difícil.
Pero la dificultad de verdad radica en aceptar el consejo.
Porque el consejo no es una ocurrencia, ni una orden.
El consejo suele apuntar hacia una meta que hay que conquistar, es decir, algo que requiere esfuerzo. Toda la responsabilidad recae sobre quien recibe el consejo. Y hay gente a la que no le gusta que le digan, le redigan y le recuerden lo que debiera o pudiera hacer.
Comprensible, por tanto, la tentación de matar al consejero.

Algo de esto dice Cervantes, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«lo que se dice aconsejando, en la intención halla disculpa lo que no agrada»,
Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda

jueves, 5 de abril de 2018

A vida o muerte


La vida. A veces vienen las cosas bien dadas, pero no siempre. A veces incluso llevamos el timón de nuestra existencia.
En cualquier caso, parece prevalecer la idea de que las cosas pueden ir a mejor, de que podemos enderezar el rumbo… mientras quede tiempo.
Pero hay un instante en el que ya no hay tiempo. Y eso es imponente: temor y temblor, que diría Kierkegaard.

Algo de esto le entiendo a Cervantes. Y ahí lo dejo. Por si interesa:


«la figura de la muerte, en cualquier traje que venga, es espantosa»,
Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

martes, 3 de abril de 2018

Libertad y destino

Es consolador saber que por mucho que se tuerzan nuestros pasos, el camino acaba llevándonos a lugar que nos corresponde. Que, en otros términos, hay un destino y que todos los caminos llevan a Roma si es Roma nuestro destino.
Es consolador, indudablemente, pero esa idea no deja de convertirnos en juguete y nuestra vida en juego del que no elegimos ni las reglas ni el fin de la partida. Nos limitamos a ser actores. Un consuelo, sí.
Otros piensan que, consuele o no, nos guste o no, más bien nos corresponde llevar el timón de nuestra vida, elegir destino, fin y medios, y hacer camino. Ser, en otros términos, autores de nuestra vida.

A esta cuestión se refiere Cervantes, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«no hay más cierta astrología que la prudencia»,

Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda

jueves, 15 de marzo de 2018

Saber y ciencia


Las ciencias adelantan una barbaridad, como es sabido.
Y lo hacen aplicando un método a un asunto. Doble limitación (procedimiento y objeto) que lleva a ignorar todo objeto ajeno al suyo y todo aspecto que no es asequible con su modo de acercarse a la realidad.
Sabiendo esto, bien vamos.
Algo de esto le entiendo a Cervantes. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña: el engaño está en quien no la sabe»,
Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda

martes, 13 de marzo de 2018

Pensar y hablar


En ciertos ámbitos, algunos incluso que tocan de cerca las aulas, hay como una despreocupación o desdén frente a la exactitud en la expresión lingüística.
Los maestros de antaño decían que si no lo sabes decir, no lo sabes. Veían ahí una estrecha relación entre pensar y hablar, pensar bien y hablar bien.

Algo de esto dice Cervantes, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«las puertas de la gramática[, que] son aquéllas por donde se entra a las demás ciencias»,
Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda

lunes, 12 de marzo de 2018

El bien imposible


La gente buena quiere el bien. Es lo suyo. El bien para ellos y para los demás.
La gente sabia intuye que la realidad no es simple, que está llena de contradicciones: que si naturaleza y cultura, que si idealidad y existencia… y tantas otras.
La gente sabia no ignora que hay bienes más buenos que otros. Y que, así son las cosas, si la gente disfruta el bien de la libertad, a veces, obra mal.
La gente sabia y buena es paciente, sabe que hay que dejar madurar a los demás, mostrarles el bien, animarles a la perfección. Pero imponer cierto ámbito de bien supone anular la libertad, que es algo muy humano.
Por eso imponer no es sabio; puede ser obra de gente buena, pero no sabios (y la sabiduría es un fruto maduro de la humanidad).
Por eso imponer es la acción, en el mejor de los casos, de los totalitarios virtuoso o tontos útiles. En el mejor de los casos; puede ser peor.

Algo de esto le entiendo a Popper. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«aún los conflictos más graves provienen de algo no menos admirable y firme que peligroso, a saber, nuestra impaciencia por mejorar la suerte de nuestro prójimo»,
Karl R. Popper, La sociedad abierta y sus enemigos

domingo, 11 de marzo de 2018

Libertad, fragilidad y cuidado


La conciencia de que algo es frágil (desde la salud hasta el cristal) lleva al cuidado. Y si ese algo frágil además es valioso, al mucho cuidado.
Y no digo más, que ya lo dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«la libertad no es un don del cielo sino una elección, una convicción, una práctica y unas ideas que deben enriquecerse y ponerse a prueba todo el tiempo»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

sábado, 24 de febrero de 2018

Libertad, tarea y riesgo


La libertad es, quizá, uno de los logros de los tiempos modernos. De lo mejor. Y es, por eso, sinónimo de lo mejor de lo humano: dignidad, autonomía, lucidez respecto al sentido de nuestra vida o, lo que es lo mismo, claridad sobre qué camino hemos de seguir para alcanzar nuestra propia plenitud… Ahí es nada.
Hay que ser muy ingenuo para confundir la libertad (incluso en su sentido más pobre: como emancipación) con un automatismo, con una ganancia mecánica y no como una ampliación del campo de juego: se puede ganar más pero también se puede perder más. Hay que espabilar más.

O algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La libertad es un bien precioso, pero no está garantizada, a ningún país, a ninguna persona, que no sepan asumirla, ejercitarla y defenderla»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

viernes, 16 de febrero de 2018

Censura, ideología e intelectuales

Ojalá fuese sólo cosa del pasado.
Ahora arrecia la censura (“no podemos quejarnos”, como en el viejo chiste sobre Cuba). Más fuerte y taimada que las ideologías del siglo XX, que sembraron el mundo de cadáveres y pisotearon las libertades. Con idéntico aplauso de la “intelitgensia”, con idéntica ceguera o cobardía. Avanza implacable como un ángel frío metido en concienzuda faena. Por las tres vertientes de la tríada gramsciana, además.

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«he visto a muchos escritores que admiré y tuve por directores de conciencia equivocarse también y, a veces, poner su talento al servicio de la mentira ideológica y el crimen de Estado»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

jueves, 15 de febrero de 2018

Intimidad o barbarie

Los animales no tienen intimidad. Todo lo hacen a la vista. Por eso no se visten: su desnudez supone que no hay nada que ocultar, nada que insinuar, nada que mostrar. No hay nada más que lo que hay.
La intimidad supone un desdoblamiento. Un dentro y un fuera. Una capacidad de gestionar las dimensiones de la personalidad (ocultando, insinuando, mostrando).
Mostrar todo significa no gestionar nada… como los animales. Mostrar todo voluntariamente (vía apps móviles, internet…) significa renunciar al control de la intimidad… para hoy y para el futuro (que la red la carga el diablo).
A ese regreso al momento en que aún no vivíamos en cavernas algunos lo llaman progreso y modernidad. Será por nombres…

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La desaparición de lo privado, el que nadie respete la intimidad ajena, el que ella se haya convertido en una parodia que excita el interés general y haya una industria informativa que alimente sin tregua y sin límites ese voyerismo universal, es una manifestación de barbarie»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

miércoles, 14 de febrero de 2018

Cultura y religión

Algunos entienden la religión como el conjunto de creencias y valores que dotan de coherencia y significado las breves vidas de individuos y civilizaciones.
Así entendida, la religión sería sinónimo de cultura y se le aplicaría perfectamente la sentencia aquella de cuis regio eius religio. Con un matiz, quizá. Que la religión tendría un origen misterioso, ambiguo (podríamos ponerlo, incluso, en la cuenta del inconsciente), mientras que la cultura es tarea consciente de individuos y pueblos que se esfuerzan por prosperar.
Algunos entienden la religión de otra manera. Y desde esa perspectiva entienden lo que a Vargas Llosa le causa perplejidad. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La cultura debería llenar ese vacío que antaño ocupaba la religión. Pero es imposible que ello ocurra si la cultura, traicionando esa responsabilidad, se orienta resueltamente hacia la facilidad, rehúye los problemas más urgentes y se vuelve mero entretenimiento»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

martes, 13 de febrero de 2018

La crítica y los críticos


Hay críticas y críticas.
Unas son análisis, juicio y mirada escrutadora que busca la causa del mal, la desviación que explica por qué no estamos todo lo bien que podríamos y deberíamos. Estas nos sitúan dentro del problema buscando qué camino hemos de andar para mejorar las cosas, enderezar la situación y a nosotros mismos, ya puestos.
Otras son pedradas, reproches que dejan flotando en el aire la superioridad moral del juicio inflexible e inapelable del reprochador. El único camino: la destrucción de lo criticado, inservible e irrecuperable.
Y todo es crítica. Pero no es lo mismo. Como no es lo mismo quien (se) critica para humildemente mejorar que quien critica soberbiamente para destruir.

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«No es malo que los principales privilegiados de la libertad critiquen a las sociedades abiertas, en las que hay muchas cosas criticables; sí que lo hagan tomando partido por quienes quieren destruirlas y sustituirlas por regímenes autoritarios como Venezuela o Cuba»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

jueves, 8 de febrero de 2018

Sexo, uniformidad o libertad


A fecha de hoy la educación afectivo-sexual se imparte como si sólo hubiese una orientación correcta, buena, verdadera y legítima. Como si fuese la tabla periódica o la regla de Ruffini mismamente.
Ignorar distintos enfoques, distintas sensibilidades e imponer sólo una no es el único fallo pero es importante porque elimina a las familias (al menos aquellas que no coincidan con esa única orientación que se impone en el colegio) de la educación de sus hijos en un ámbito tan sensible como es la afectividad.
Es, además, obligatoria puesto que se imparte en los tramos de enseñanza en que los niños necesariamente han de asistir al centro escolar. Y, eliminados los padres de ese ámbito (en contra de lo que dicta la Constitución, además) el Estado transmite la orientación que dictan grupos de presión (lobbies). Una joyica de ingeniería social.
Y no todos los que se oponen a este rodillo son ajados puritanos. Miren si no a la atractiva y sexualmente interesante Catherine Millet que, junto a otras valientes, está siendo linchada por la censura progre a raíz de su reciente defensa de la libertad en estos lares.

Pues por ahí podría andar también Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo como aviso a navegantes. Por si interesa:

«Sacar al sexo de las alcobas para exhibirlo en la plaza pública es, paradójicamente, no liberalizarlo sino regresarlo a los tiempos de la caverna, cuando, como los monos y los perros, las parejas no habían aprendido todavía a hacer el amor, sólo a ayuntarse»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

martes, 6 de febrero de 2018

Autoridad y tarea del intelectual, si las hubiera

Se dice de alguien que es una autoridad cuando exhibe la excelencia en algún ámbito o, como dicen los latinos: auctoritas est iudicium sapientis in sua scientia. De modo que hay quien es una autoridad en historia y quien lo es en el tenis o en la medicina.
No son pocos los intelectuales modernos y postmodernos que parecen haber perdido todo rastro de autoridad.
Quizá porque no saben lo suyo o lo que los demás juzgan que debiera saber el intelectual, que podría ser.
O quizá porque no abordan con rigor su tarea y, dejándose llevar (que es muy pasivo, más de actor que de autor) por las carantoñas de las pasiones políticas (al decir de Benda), “posan”, “hacen como sí”, cacarean eslóganes.
Que es rentable, claro. Pero no era eso. Porque si el intelectual tiene algo que aportar, será algo más bien activo que pasivo, algo más de autor que de actor, algo más que lo arraigue, lo enraice y vitalice  que algo que lo convierta en un vocero de causas progres, comprometidas y a la moda, predecible y prescindible.

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«otra de las razones de la pérdida de «autoridad» de muchos pensadores de nuestro tiempo: no eran serios, jugaban con las ideas y las teorías como los malabaristas de los circos con los pañuelos y palitroques, que divierten y hasta maravillan pero no convencen»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

lunes, 5 de febrero de 2018

Modos del progreso


La ciencia obtiene conocimientos aplicando un método a un ámbito parcial. Y por eso hay distintas ciencias: porque cada una tiene su parcela y cada una tiene su método.
Que tan científica es la biología que cuenta las patas de bichitos pequeños como la matemática que construye mundos coherentes que ni sabe ni le importa si existen o no.
Pero la ciencia no es la única mirada posible a nuestro mundo. Cuando quien mira es sabio, descubre otros modos de mirar. Algunos más valiosos. Algunos más divertidos. Ninguno científico. Todos humanos. Y, por eso, al afirmar su parcela y su método, afirman su validez y su dignidad. Pero no niegan que haya otros modos de mirar, otros métodos y otros campos de verdad, bien y belleza.

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Las ciencias progresan, como las técnicas, aniquilando lo viejo, anticuado y obsoleto, para ellas el pasado es un cementerio, un mundo de cosas muertas y superadas por los nuevos descubrimientos e invenciones. Las letras y las artes se renuevan pero no progresan, ellas no aniquilan su pasado, construyen sobre él, se alimentan de él y a la vez lo alimentan, de modo que a pesar de ser tan distintos y distantes, un Velázquez está tan vivo como Picasso y Cervantes sigue siendo tan actual como Borges o Faulkner»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

sábado, 3 de febrero de 2018

La coherencia sexual de la progresía

Cuando no se entiende bien de qué va la progresía, parece como desorientada, contradictoria. Antaño reclamando amor libre y sexo a cascoporro y hoy censurando piropos y ninfas. Unas veces una cosa; otras, la contraria. Pero siempre imponiendo lo suyo, siempre incordiando el normal sentir de la peña, siempre con el impagable apoyo del ejército de tontos útiles que ¡son más buenos! Más buenos que listos, en cualquier caso.

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«El erotismo ha desaparecido, al mismo tiempo que la crítica y la alta cultura. ¿Por qué? Porque el erotismo, que convierte el acto sexual en obra de arte, en un ritual al que la literatura, las artes plásticas, la música y una refinada sensibilidad impregnan de imágenes de elevado virtuosismo estético, es la negación misma de ese sexo fácil, expeditivo y promiscuo en el que paradójicamente ha desembocado la libertad conquistada por las nuevas generaciones».

Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

viernes, 2 de febrero de 2018

Cuando se espera el escándalo


Nuestras expectativas condicionan notablemente nuestra valoración y comprensión de la realidad. La misma calificación es valorada de un modo muy diferente por alumnos con elevadas o bajas expectativas, y así con todo.
Burlar lo que otros esperan, desconcertarlos, sorprenderlos y, en una palabra, escandalizarlos sólo puede hacerse haciendo algo insólito. Pero cuando lo que se espera es la provocación, ya no sorprende y se aplaude (o se repele, tanto da) que el personaje haga bien su papel.
El artista que procede así es un actor, un ejecutante más o menos habilidoso, más o menos gracioso. Pero no es un creador, alguien que zarandea los “lugares comunes” provocando la reflexión, la mejora…

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«En nuestros días, en que lo que se espera de los artistas no es el talento, ni la destreza, sino la pose y el escándalo, sus atrevimientos no son más que las máscaras de un nuevo conformismo»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

domingo, 21 de enero de 2018

Entre el estrés y el sosiego

El ambiente cultural que respiramos se deja caracterizar con la célebre frase “Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”.
Desde esa perspectiva no se entiende que Ulises renunciara a vivir en una isla paradisíaca junto a una bella diosa siendo él mismo inmortal. Ulises deja eso, abandona la isla y la diosa porque, dice, quería ser hombre, envejecer, vivir una vida cargada de días y afanes, y volver a casa, con su mujer y su hijo, con su familia.
Ulises vive intensamente, que no es vivir rápido y con estrés, se las ingenia para esquivar la muerte y ve la belleza de la vejez y la grandeza de las cicatrices, que son recuerdos grabados en la piel.

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«En nuestros días el consumo masivo de marihuana, cocaína, éxtasis, crack, heroína, etcétera, responde a un entorno cultural que empuja a hombres y mujeres a la busca de placeres fáciles y rápidos, que los inmunicen contra la preocupación y la responsabilidad, en lugar del encuentro consigo mismos a través de la reflexión y la introspección, actividades eminentemente intelectuales que a la cultura veleidosa y lúdica le resultan aburridas»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

sábado, 20 de enero de 2018

El discreto encanto de la progresía

Orwell señala que uno de los rasgos de las sociedades modernas es proclamar ostentosamente lo contrario de lo que se hace (como el ministerio de la Verdad, encargado de difundir mentiras o el de la Paz, que organiza la guerra).
Y así anda la plaga progresista, a lomos de su óptima superioridad moral.

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Uno de los rasgos de la poscultura es no creer en el progreso, el eclipse de la idea según la cual la historia sigue una curva ascendente, el predominio del Kulturpessimismus o nuevo realismo estoico»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

viernes, 19 de enero de 2018

Calidad o igualitarismo

El aforismo tot capita, tot sententia lo expresa Descartes con mayor claridad cuando dice aquello de que todos pensamos estar bien provistos de inteligencia.
Y de ahí podría seguirse que si no llegamos a catedráticos o premio Nobel es por deficiencias estructurales: la sociedad (que nos corrompe, al decir de Rousseau), la educación (que no está bien diseñada) o vaya usted a saber.
Si eso fuera así, lo suyo sería que todos fuésemos unos genios. No ya una pirámide invertida sino un único punto, muy denso, en el vértice superior de la pirámide. Donde nadie es mejor ni peor, sino igual.

Algo de eso debe fallar porque no parece que las cosas funcionen así en el mundo real. Y si se trabaja sobre una hipótesis falsa, mal vamos.
Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«La ingenua idea de que, a través de la educación, se puede transmitir la cultura a la totalidad de la sociedad, está destruyendo la «alta cultura», pues la única manera de conseguir esa democratización universal de la cultura es empobreciéndola, volviéndola cada día más superficial»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

miércoles, 17 de enero de 2018

La persona, entre la dignidad y el realismo

El monstruo de lo políticamente correcto, la imposición de ideologías que son cabezas de esa hidra, está siendo posible entre otras causas porque el hombre actual ha rendido su capacidad de pensar por sí mismo (y los que más, los que reivindican fanáticamente el monopolio de esta bandera) y se ha habituado al “realismo” de que “esto es lo que hay”, siendo esto la mayor parte de las veces, lo peor, lo que más bien reclama rechazo y reforma.
La persona es, dice Kant, siempre digna de respeto. Radica su dignidad en que está hecha para el bien y la verdad. Puede equivocarse, claro. Porque también está hecha para ser ayudada y para rectificar. Ahí también radica su grandeza y su dignidad.
Ah, y es libre. También puede elegir mal. Puede elegir el mal, puede ser “realista”. Pero entonces ya no es tan grande ni tan digna.
En fin, cada paso del camino nos acerca a nuestro destino.

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Hay muchas maneras de definir lo respetable. En lo que a mí se refiere, me merece respeto el intelectual o el político que dice lo que cree, hace lo que dice y no utiliza las ideas y las palabras como una coartada para el arribismo».


Mario Vargas Llosa, El pez en el agua

martes, 16 de enero de 2018

Ante el mal

Ocurre a veces en la vida que nos encontramos en una mala situación: una calamidad mediana o un infierno en toda regla.
A veces nuestra torpeza o malicia nos ha llevado ahí; en otras ocasiones nuestra bondad o inocencia ha permitido a otros acorralarnos.
Tanto da. El caso es que llegamos a un mal paso. Entre Escila y Caribdis, que diría Homero.
A algunos la pasividad les puede. Se bloquean. No saben qué hacer. No han entendido a Ulises: cuando se está en un infierno hay que correr, moverse, actuar. Si ahí se está mal, si así se está mal, hay que hacer algo para cambiarlo. No hay otra opción.

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

 «Cuando las cosas no tenían marcha atrás, no valía la pena perder el tiempo preguntándose si hubiera sido preferible que no ocurrieran. Mejor tratar de enrumbarlas por el buen camino. Siempre era posible enderezar lo que andaba torcido»,

Mario Vargas Llosa, El sueño del celta

lunes, 15 de enero de 2018

Pensar y vivir con claridad

Si hemos de creer a Platón (que, en eso, coincide plenamente con Aristóteles) los animales y los dioses tienen en común la certeza en el saber: saben sin indagar, tienen a mano el conocimiento que necesitan.
Los demás tenemos que buscar para aclararnos. Los demás, en otros términos, tenemos la tarea vital de buscar amorosamente la sabiduría, que en eso consiste la filosofía.
La tarea del filósofo es, pues, quehacer que tiene que ver con aclarar, con salir de la caverna y el embrollo para vivir en la luz y la claridad.
Asunto complejo, a juzgar por algunos argumentarios de sedicientes pensadores que, más que cooperar a esa tarea tan humana, parece impulsar la sedición respecto a ella.

Algo de esto dice Ortega, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
  
«la claridad es la cortesía del filósofo»,

Ortega y Gasset, El hombre y la gente